martes, 6 de marzo de 2012

El hombre que medía 0.0072 acorazados y otras plumas.

The giant claw.

Una leyenda entre las películas cutre de leyenda. Dicen las crónicas que el chico bueno/protagonista/pasteloso, Jeff Morrow,  acudió al estreno y al empezar las grandes carcajadas del público se subió el cuello de la gabardina y desapareció del mapa una larga temporada no fuera que la gente recordase al ejecutor del enorme pavo buitresco del espacio exterior. Pero ya me estoy adelantando mucho, vayamos por partes. En esta película tenemos varias películas y cada una va hundiendo mas el producto final hasta dejarlo en profundiades abisales. 

Vayamos con la primera pelíicula, una trama de terror en la que un monstruo del espacio exterior invade la tierra, realizada con toda seriedad y con actuaciones coherentes que nos narran como nuestra pareja protagonista hará lo imposible para derrotar al terrible gallinazo extraterrestre. Presentemos a los protagonistas de este relato:


Mitch MacAfee, que primero se nos presenta como un piloto de aviones militares de prueba para calibrar radares. Un machote vamos. Pero no, que nos cuentan que en realidad es Ingeniero Electrónico, ay carambolas,  vaya cerebrín. Pero no se crean que es todo, además entre sus variadas facetas nos demostrará que es un tirador de primera, ornitólogo, genio de la física, poeta, seductor, artillero de cañones de partículas y resistente a explosiones en laboratorio, accidentes aéreos y a sesiones de efectos especiales asesinas. En resumen, el personaje soñado por Chuck Norris y cualquiera de los diecisiete hermanos Baldwin.

Si tienes una hija y se le acerca Mitch, ponla a buen recaudo que las puede dejar ojopláticas hasta dormidas.
 

Sally Caldwell. La relimpia de este film. Debió quedar ganadora en algun concurso celebrado en la Facultad de Ciencias Exactas porque se refieren a ella como la "Señorita Matemáticas". Podemos deducir que es guapa (lo es), habil con los números, sabe manejar ordenadores y maquinas de cálculo de la época (si de esas que tenían el tamaño de medio acorazado), además es cazadora y no le gusta saltarse las reglas del beisbol. Igualmente favorece el consumo de lacteos en las reuniones de trabajo.


Pierre, que es un granjero canadiense. Aparece a rescatar a nuestra pareja protagonista y sabe destilar un licor que cura las picaduras de serpiente, el baile de san Vito, el reuma capilar, el susto causado por los rayos y truenos y alivia el dolor de cabeza producido al conversar con generales incrédulos. No siendo bastante con eso, nuestro amigo Pierre está recomendado en dietas saludables por ósmosis.


Generales Considine y Van Buskirk. Una pareja de militares que como todos los protagonistas de esta película saben hacer de todo con el consiguiente ahorro en actores de reparto. Entre sus muchos roles está el de ser portavoces del gobierno, jefazos de la Fuerza Aérea, piloto y cohetero infalibles, y hasta padrazos de los chicos buenos. Además saben ejecutar a la perfección la muy vieja rutina del "general bueno y el general malo".


Pete, un habilidoso piloto. Sabe como conseguir las cosas, pide permiso amablemente y ya. De lo poco mas que sabemos de el está el hecho de que es valiente y que cumplirá mas alla de lo que a nadie se le puede exigir, por ejemplo, ya estando muerto le tiran pedazos de avión en llamas y no para de moverse.


Dr. Noymann, un eminente científico. Es capaz de deducir por un pedazo de pluma de composición desconocida el origen del monstruito, como come, que lanza escudos de antimateria y otros muy interesantes datos que consiguen dormir al público asazmente.

Una huella que tan grande como unos 0.083 acorazados.

El bicho, una cosa extraterrestre con garras que parece la carcaña. El caso es que es muy, muy grande. Mide lo que un acorazado. En esta película todos tienen como referencia esa extraña unidad de medida. Uno diría algo así como dos campos de futbol, pero es que soy de otra galaxia. A lo que vamos, un acorazado estandar tiene unos 250 metros de largo (dícese eslora, aunque si tiene pitilin diríase que es loro) (ya se que el chiste es horroroso, sigamos...) así que os podeis imaginar lo grande que es el monstruito. 

No hablaré de su pinta eso es parte de la tercera película, el caso es que este cosito es muy grande (insistamos, como un acorazado), intocable (se protege con un escudo de antimateria) y tiene un apetito de primera (será un chicarrón del norte del espacio exterior, del Donosti galáctico sin duda). Entre su dieta cabe destacar granjeros canadienses, peritos de aviación civil rebozados en una fina capa de paracaidas, trenes, vacas, aviones y demás productos de la tierra.

Y ya toca decir un poco de lo que va la historia. Los militares andan calibrando radares en lo que imagino que es Alaska, con el fin imaginable de proteger el pais contra un ataque de los rusos de esa época. Un piloto ve algo tan grande como un acorazado, aunque lo que ve el espectador es como un felpudo viejo muy desenfocado. Los radares militares no localizan nada y por eso se envían aviones a reconocer la zona, desaparece un avión y la cosa ya coge carrerilla y los aviones empiezan a estrellarse a tutiplén.

En uno de esos accidente aereos nuestra pareja protagonista sobrevive al terrible suceso y a que algun gandul detrás de la cámara les tira encima pedazos de metal en llamas. Son acogidos por un granjero canadiense y francófono, y aparece el monstruito por primera vez. El drama se desata. La lucha contra este peligro (tan grande como un acorazado) que amenaza con destruir la tierra da inicio.

Y nos vamos ya a la segunda película, que consiste en material cinematográfico de archivo que aparece en escena mezclado con el rodaje original del filme. Tiene un efecto mas bien adormilante, porque va acompañado de una voz en off que nos cuenta los avances de la ciencia, la gran valentía de los militares y que éramos pocos y parió la Carcaña. Porque esta claro, el bicho ataca ciudades, trenes, aviones, vacas y señoras gordas dando vueltas en espiral, y conocedores de la lógica de Ockham deducimos que ha recorrido el universo para poner sus huevos en la tierra.

Imágenes de archivo siendo lanzadas contra el monstruo.

Como es habitual en estas imágenes se mezclan churras con merinas a tutiplen. Un mismo avión es un moderno caza con reactores cuando despega para destruir al monstruo pero cuando se estrella se ha convertido en un bombardero en llamas de la segunda guerra mundial. Cabe señalar también que además de las numerosas escenas de vida militar de archivo, también se cuenta con escenas de ataques de platillos volantes a la ciudad de de Nueva York y habitantes de Londres y otras metrópolis que huyen aterrados del plumífero monstruo hacia sus películas de origen.

Y llegamos por fin a la tercera película. Con las dos primeras listas y barajadas debidamente, faltaban los efectos especiales. El productor debía de ser especialmente tacaño porque lo que podría haber sido una película de tantas, con militares y geniales científicos salvando a la humanidad con el aparatito maravilloso inventado a última hora, aunque la verdad una película bastante rollifera, se convierte al caer en manos de unos mexicanos que pasaban por allá en una genialidad de lo chusco y lo cutre. No debían cobrar mucho esos especialistas mexicanos en efectos especiales porque parieron esto: 

El pajarraco gigante de antimateria del espacio exterior.

Pero analicémoslo un poco mejor, es un pájaro risible, ridículo, cutrefacto, horripilantemente feo, con dientes, es evidente que no se depila las narices y que debería haber ido hace tiempo al peluquero con esos pelos de pincho en el cabezo, los ojos están extrañamente vueltos hacia dentro con lo que cabe deducir que se deleita mirándose las muelas del juicio, el cuello es calvo, deforme y verrugoso y para acabar con el guiso, esta especie parece desarrollar el páncreas en la zona inferior externa del cuello. Algo tan irrepetiblemente feo como un cani posando en la webcam. Lo voy a renombrar, es el pajarraco leproso gigante de antimateria del espacio exterior (y que es tan grande como un acorazado). 

Veamos la ósmosis molecular.

Y hablando de cenar, se meten las tres películas bien mezcladas al horno y se proyectan luego, y con el mocordo finalmente se explica la desaparición del actor principal durante el estreno de la película y su reclusión voluntaria varios meses en los sotanos de un ignoto monasterio trapense de las Montañas Rocosas.

Y como es habitual, si no os ha bastado os relataré los momentos álgidos de la película:

5:48 Los aviones de la USAF cuando despegan se convierten en aviones de la RAF.
12:33 El avión se para y se lo piensa antes de estrellarse.
13:13 Va a ser que es de zombies, los muertos se mueven.
21:26 Me aburro asi que voy a morrear a esta señorita dormida.
24:30 Varios puntos señalados al azar se convierten siempre en un patrón dibujando una espiral. 
26:02 Un extra se compadece del público de la peli y pide a la pareja protagonista que se callen para que todos podamos seguir roncando.
27:55 Por fin el felpudo desenfocado se convierte en... jiu jua juo... en el pavo mutante con dientes, tan grande como un acorazado.
30:12 Como vuelva a oir las palabras "tan grande como un acorazado", mato a alguien.
31:15 La chica se ha puesto una tortilla de maiz de sombrero.
36:00 Unos aviones atacan, el pajarraco se carga otros distintos y se estrellan finalmente otros, unos doce años antes.
55:53 Los que nacen en Montana son todos tiradores de precisión.
56:09 Aunque eso si, tienen la misma idea de coger un rifle que yo de tocar el arpa.
63:48 Cuando un experimento científico no funciona siempre explota.
65:01 Cuando funciona también explota, pero mas fuertemente.
74:04 La garra que aprieta.

Y ya para su gozo y despatarre, en sus mulas ya lista con sus sus subtítulos muy corregidos por mi: The Giant Claw - subs. esp. eng. - Cutrefilms 684.

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