jueves, 5 de diciembre de 2013

Si Cervantes fuera una rana, esto sería el Quijote.

 Les fils du vent (2004).

¿Nunca habeis oido a nadie replicar a un "y si", "...Y si yo tuviera, ruedas, sillín y manillar sería una bicicleta"? Pues eso es lo que pasa con esta película, tan plagada de saltos ranescos, que si Cervantes hubiera sido un batracio esta sería su obra maestra.

¿Qué vamos a ver? Pues a los pertenecientes a un club, grupo o asociación saltante llamados los Yamakasi pegando brincos arriba y abajo con una habilidad solo esperable de pelis de Spiderman. Alrededor de eso hay que contar una historia y bueno, hay un rollo sobre Bangkok, Yakuzas, una vaca que muge y otros rollos surtidos que no añaden nada. Digamos que los personajes todavía andan a la búsqueda de un guionista que justifique tanto baile de San Vito.

Es visualmente entretenida y muy petarda y roncable si esperas algo mas. Para jugar al despiste la he visto con títulos alternativos como Bangkok ninjas, Yakuza vs. Ong Bak o Die Samurai der Moderne; y no hay ni ninjas, ni Ong Bak, ni samurais, ni una olla con cebolla. Pero es que cuando se pare un truñete hay que venderlo como sea. Un crítico francés dijo que este engendrillo se podría definir en tres sílabas: Ri-di-culo. Y por eso está aquí.

Para viajar usan el truco de quedarse quietos mientras la tierra gira debajo de ellos. Y así se ahorran una pasta en taxis.

Y luego 90 minutos de saltos y de poner caras de malotes. Fin.

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