Contaremos en menos de dos folios
la historia de los amantes anatolios.
Conduce ella por la ladera
y el fermoso cabalga a su vera.
Les hace una gran ilusión
volver a verse bajando del avión.
La suerte sus hilos enhebra
y se toparán en un paso de cebra.
El galantea luego con vicio
con una foca mas fea que el Picio.
Pero el destino les espera
y aparece la galana por la escalera.
Con sus visiones el gallardo pelea.
¿Será esta mejor que la fea?
Y unidos ya como el chocolate a la taza,
la pareja se junta y se abraza.
Y los amores de ellos o suyos,
comienzan con unos arrullos.
No van los cariños desencaminados,
ya estan bailando muy arrimados.
Y para que veas que soy galán serio,
con mis papas hay un refrigerio.
Las romanzas ya andan solas
y nos toca tirar bolas.
Ella que ya le ama y suspira,
las bolas también le tira.
Al compás de una guitarra
la pareja se sube a la parra.
Pero los padres de la niña
al galán le tienen tiña.
Hubo un drama en tiempos remotos
que contaremos en estas fotos.
Una doncella de la familia Capuleto
se lucia moviendo el esqueleto.
Y de los Montesco un bigotón,
quedó prendado de ella con pasión.
Los amantes huyen a la carrera
pero el muere de bala certera.
Ella por hija deshonrada
tambien muere de plomada.
Desde entonces cada dos suspiros
ambas familias se pegan tiros.
Los amantes separados y estancos,
se soban en la fila de los mancos.
Y por esta razón tan obvia,
huye ella en taje de nobvia.
Y celebran su boda, esta,
al calor de una orquesta.
Puesta ella debajo y puesto el encima,
vamos a folgar, que es lo que prima.
Puesta ella debajo y puesto el encima,
vamos a folgar, que es lo que prima.
La familia de ella la traición no se explica
y mandan secuestrar a la chica.
Los raptores son muy malos
y sueltan tiros y palos.
Al esposo rescatador
lo hieren con gran dolor.
Sin miedo si hace sol o llueve,
huye la esposa por la nieve.
Pero el malo de la pistola,
aprovecha y allí la viola.
A la niña por descocada y maula,
la encierran sus papas en una jaula.
Queda el esposo tal cual,
marchito en un hospital.
Cuando por fin le dan el alta,
reclama a sus suegros sin falta.
La esposa muy demacrada
ha huido de estar enjaulada.
Amargada y sin tino,
ahoga las penas en vino.
El esposo llora igual su pasión tierna,
dándole al Rioja en una taberna.
Pero el sino no suele fallar,
los amantes se vuelven a encontrar.
Luego el esposo furioso y vengador,
da matarile al violador.
Pero de su delito no quedara salvo,
ya da la alerta un poli calvo.
El aviso es pronto recibido
por otro poli que anda dormido.
Como también se ve en la foto,
anda en su busca un urbano en moto.
Los esposos huidos y desesperados,
dicen que antes que presos, mejor congelados.
Y como parajitos que dicen pio,
mueren abrazaditos, del frio.
Vea la obra maestra de la pasión turca en su versión original en emule: Aci hayat (Los anatolios de Teruel) - Cutrefilms 744.
apoteósico.
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