El joven rey Arturo fue sorprendido y apresado por el monarca del reino vecino mientras cazaba palominos con mostacho furtivamente en sus bosques. El rey pudo haberlo matado en el acto, pues tal era el castigo para quienes violaban las leyes de la propiedad, caza y pesca, pero se conmovió ante la juventud y la donosura de Arturo (y es que no era del partido Comunista Chino, ni gobernador de Texas) y le ofreció la libertad, siempre y cuando en el plazo de un año hallara la respuesta a una pregunta asazmente complicada.
La pregunta era: "¿Que quieren realmente las mujeres?"
Semejante pregunta dejaría perplejo (en forma asaz) hasta al hombre mas sabio y al joven Arturo le pareció imposible contestarla. Con todo, aquello era mejor que morir ahorcado, de modo que regresó a su reino y empezó a interrogar a la gente. Preguntó la princesa, a la reina, a las prostitutas, a los monjes, a los sabios, a los cebollinos, a los gordos, a los flacos, al Dr. Octopo y al bufón de la corte... en suma, a todos, pero nadie supo darle una respuesta convincente.
Eso si, muchos le aconsejaron que consultara a la vieja bruja, pues sólo ella tenía acceso a arcanas y misteriosas fuentes de sabiduría, legadas al mundo por los remotos dioses cenutrios. El precio seria alto, ya que la vieja bruja era famosa en todo el reino por el precio abusivo y soez que cobraba por sus servicios.
Llegó el último día del año convenido y Arturo no tuvo más remedio que consultar a la hechicera. Esta accedió a darle una respuesta satisfactoria a condición de que primero aceptara el precio: Quería casarse con Gawain, el caballero mas noble, valeroso y zangolotino de la Mesa Redonda e íntimo amigo de Arturo (que de paso a los ojos femeniles, parecía ser que estaba muy macizón).
El joven Arturo miro a la bruja y quedó horrorizado: era jorobada y feísima, tenia un solo diente (y con caries), despedía un hedor que daba nauseas, hacia ruidos ocscenos, sus flatulencias asaces eran famosas por mantener alejados a los dragones de la región. Nunca se había topado con una criatura (femenina) tan repugnante y nauseabunda (aunque decían que si se dejaba crecer la barba su aspecto mejoraba bastantito).
Se acobardó ante la perspectiva de pedirle a su amigo de toda la vida que asumiera por él esa carga terrible.
No obstante, al enterarse del pacto propuesto, Gawain dijo que no era un sacrificio excesivo a cambio de la vida de su señor y amigo y la preservación de la Mesa Redonda y las invitaciones a las timbas de póquer los viernes a la noche.
Se anunció la boda y la vieja bruja, con su sabiduría infernal, dijo:
- Lo que realmente quiere cualquier mujer es: "¡Ser la dueña de su propia vida!".
Todos supieron al instante que la hechicera había dicho una gran verdad y que el joven rey Arturo estaría a salvo. Así fue: al oír la respuesta, el monarca vecino se dio por satisfecho y emitió el correspondiente indulto con Iva incluido.
Pero menuda boda fue aquella, asistió la corte en pleno y nadie se sintió mas desgarrado entre el alivio y la angustia, que el propio Arturo. Gawain se mostró cortés, gentil y respetuoso.
La vieja bruja -entre tanto - hizo gala de sus peores modales, engulló la comida directamente del plato sin usar los cubiertos, emitió ruidos y olores espantosos, dos veces debieron desalojar la sala luego de algunos de sus famosos flatos espantadragones, y lo que es peor pellizcaba las nalgas a los efebos sirvientes.
Todo el mundo comentaba el valor y coraje de Gawain al aceptar esta tortura para el resto de su vida por salvar la vida de su amigo. Finalmente los recién casados se retiraron para su noche de bodas, que para eso el castillo de Camelot tenía suite nupcial por solo 100 € un fin de semana.
Cuando Gawain, ya preparado para ir al lecho nupcial aguardaba a que su "esposa" se reuniera con él, ella apareció con el aspecto de la doncella más jamona y fermosa que un hombre desearía ver. Gawain quedo estupefacto (osease estúpido de facto) y preguntola qué había sucedido, exclamando después "¡Ostis!". Y es que el picardías transparentaba formas tentadoras.
La joven comentole que como él había sido tan cortes, caballeroso, atento y galopín con ella, la mitad del tiempo se presentaría ante el con su aspecto horrible y la otra mitad con su aspecto atractivo...
Entonces inquiriole a su esposo:
¿Cuál preferías para el día y cuál para la noche ?
(¡Qué pregunta cruel!)
Gawain aprestose a hacer cábalas...
¿Preferiría tener durante el día a una joven adorable para exhibirla ante sus amigos y por las noches en la privacidad de su alcoba a una bruja espantosa ? ¿Optaría por compartir el día con una bruja y disfrutar de una joven hermosa en los momentos íntimos de su vida conyugal ?
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PREGUNTA
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¿Que hizo Gawain?
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¿Qué hubieras decidido tu?
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Pues el noble Gawain por su parte replicó que la dejaría a su esposa tomara la decisión por si misma.
Al oír esto, ella jubilosa le anunció que sería una hermosa dama de día y de noche (uséase una macizona tía buena, con asaces y esplendorosas curvas y cutis de melocotón), porque él la había respetado y le había permitido ser dueña de su vida.
¿Cuál es la Moraleja de esta historia ?
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¿Quieres saber la Moraleja ?
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¡LA MORALEJA ES QUE NO IMPORTA SI TU CONYUGA ES BONITA O FEA, EN EL FONDO SIEMPRE ES UNA BRUJA! (sobre todo si ya te casaste macho).
Y con esto termina la temporada de conejos, patos, cutrefilmes, cutremiusik y demás. La razón es la escapada del autor del blog a un país de América del Sur, a la caza de su particular brujilla (encantadora brujita por cierto). Deséenme suerte en el lance, no vaya a ser que mi hechicera cambie de opinión y me mande a escardar cebollinos. Volveremos en octubre aunque procuraré de alguna forma ir traduciendo al Dr. Goyo a partir del 16 de septiembre, ya se verá como. Un saludote enorme a todos los que me aguantan los rollos, tomaros vosotros también un descansito.
La pregunta era: "¿Que quieren realmente las mujeres?"
Semejante pregunta dejaría perplejo (en forma asaz) hasta al hombre mas sabio y al joven Arturo le pareció imposible contestarla. Con todo, aquello era mejor que morir ahorcado, de modo que regresó a su reino y empezó a interrogar a la gente. Preguntó la princesa, a la reina, a las prostitutas, a los monjes, a los sabios, a los cebollinos, a los gordos, a los flacos, al Dr. Octopo y al bufón de la corte... en suma, a todos, pero nadie supo darle una respuesta convincente.
Eso si, muchos le aconsejaron que consultara a la vieja bruja, pues sólo ella tenía acceso a arcanas y misteriosas fuentes de sabiduría, legadas al mundo por los remotos dioses cenutrios. El precio seria alto, ya que la vieja bruja era famosa en todo el reino por el precio abusivo y soez que cobraba por sus servicios.
Llegó el último día del año convenido y Arturo no tuvo más remedio que consultar a la hechicera. Esta accedió a darle una respuesta satisfactoria a condición de que primero aceptara el precio: Quería casarse con Gawain, el caballero mas noble, valeroso y zangolotino de la Mesa Redonda e íntimo amigo de Arturo (que de paso a los ojos femeniles, parecía ser que estaba muy macizón).
El joven Arturo miro a la bruja y quedó horrorizado: era jorobada y feísima, tenia un solo diente (y con caries), despedía un hedor que daba nauseas, hacia ruidos ocscenos, sus flatulencias asaces eran famosas por mantener alejados a los dragones de la región. Nunca se había topado con una criatura (femenina) tan repugnante y nauseabunda (aunque decían que si se dejaba crecer la barba su aspecto mejoraba bastantito).
Se acobardó ante la perspectiva de pedirle a su amigo de toda la vida que asumiera por él esa carga terrible.
No obstante, al enterarse del pacto propuesto, Gawain dijo que no era un sacrificio excesivo a cambio de la vida de su señor y amigo y la preservación de la Mesa Redonda y las invitaciones a las timbas de póquer los viernes a la noche.
Se anunció la boda y la vieja bruja, con su sabiduría infernal, dijo:
- Lo que realmente quiere cualquier mujer es: "¡Ser la dueña de su propia vida!".
Todos supieron al instante que la hechicera había dicho una gran verdad y que el joven rey Arturo estaría a salvo. Así fue: al oír la respuesta, el monarca vecino se dio por satisfecho y emitió el correspondiente indulto con Iva incluido.
Pero menuda boda fue aquella, asistió la corte en pleno y nadie se sintió mas desgarrado entre el alivio y la angustia, que el propio Arturo. Gawain se mostró cortés, gentil y respetuoso.
La vieja bruja -entre tanto - hizo gala de sus peores modales, engulló la comida directamente del plato sin usar los cubiertos, emitió ruidos y olores espantosos, dos veces debieron desalojar la sala luego de algunos de sus famosos flatos espantadragones, y lo que es peor pellizcaba las nalgas a los efebos sirvientes.
Todo el mundo comentaba el valor y coraje de Gawain al aceptar esta tortura para el resto de su vida por salvar la vida de su amigo. Finalmente los recién casados se retiraron para su noche de bodas, que para eso el castillo de Camelot tenía suite nupcial por solo 100 € un fin de semana.
Cuando Gawain, ya preparado para ir al lecho nupcial aguardaba a que su "esposa" se reuniera con él, ella apareció con el aspecto de la doncella más jamona y fermosa que un hombre desearía ver. Gawain quedo estupefacto (osease estúpido de facto) y preguntola qué había sucedido, exclamando después "¡Ostis!". Y es que el picardías transparentaba formas tentadoras.
La joven comentole que como él había sido tan cortes, caballeroso, atento y galopín con ella, la mitad del tiempo se presentaría ante el con su aspecto horrible y la otra mitad con su aspecto atractivo...
Entonces inquiriole a su esposo:
¿Cuál preferías para el día y cuál para la noche ?
(¡Qué pregunta cruel!)
Gawain aprestose a hacer cábalas...
¿Preferiría tener durante el día a una joven adorable para exhibirla ante sus amigos y por las noches en la privacidad de su alcoba a una bruja espantosa ? ¿Optaría por compartir el día con una bruja y disfrutar de una joven hermosa en los momentos íntimos de su vida conyugal ?
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PREGUNTA
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¿Que hizo Gawain?
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¿Qué hubieras decidido tu?
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Pues el noble Gawain por su parte replicó que la dejaría a su esposa tomara la decisión por si misma.
Al oír esto, ella jubilosa le anunció que sería una hermosa dama de día y de noche (uséase una macizona tía buena, con asaces y esplendorosas curvas y cutis de melocotón), porque él la había respetado y le había permitido ser dueña de su vida.
¿Cuál es la Moraleja de esta historia ?
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¿Quieres saber la Moraleja ?
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¡LA MORALEJA ES QUE NO IMPORTA SI TU CONYUGA ES BONITA O FEA, EN EL FONDO SIEMPRE ES UNA BRUJA! (sobre todo si ya te casaste macho).
Y con esto termina la temporada de conejos, patos, cutrefilmes, cutremiusik y demás. La razón es la escapada del autor del blog a un país de América del Sur, a la caza de su particular brujilla (encantadora brujita por cierto). Deséenme suerte en el lance, no vaya a ser que mi hechicera cambie de opinión y me mande a escardar cebollinos. Volveremos en octubre aunque procuraré de alguna forma ir traduciendo al Dr. Goyo a partir del 16 de septiembre, ya se verá como. Un saludote enorme a todos los que me aguantan los rollos, tomaros vosotros también un descansito.